En esta ocasión Ridley Scott nos trae una versión muy personal y diferente de lo que fue el éxodo judío. Moisés (Christian Bale) vive una vida de liderazgo en Egipto junto a su hermanastro Ramsés (Joel Edgerton). A la muerte de Seti (John Turturro), Ramsés toma el poder, y es allí cuando descubre que su hermanastro es en realidad judío. Al enterarse de esto no tiene más remedio que desterrarlo de Egipto.
La película, de unas 2:30 hrs de duración, nos presenta a un Moisés desafiante y arrogante; a un Dios caprichoso, y a un Ramsés con una falta de liderazgo alarmante, y todo esto sin contar la infinidad de incongruencias históricas y/o bíblicas que Scott nos trae.
Como película de aventuras es decente; si esperan ver un reflejo de lo que se supone pasó en realidad, lejos. Si sos muy religioso, mantenete alejado ya que difícil que te vaya a gustar.
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