Langdon despierta en una cama de hospital, con una herida en la cabeza y sin recordar nada de lo acontecido en los últimos dos días. Alarmado al darse cuenta que se encuentra en Florencia y de que la herida que tiene es producto de un disparo, Langdon exige explicaciones, las que intentan ser dadas por la Doctora Sienna Brooks, uno de los médicos que lo está atendiendo.
Al oir disparos en el corredor, y ver que el otro médico a cargo de Langdon ha sido asesinado, Sienna y Robert huyen del hospital para refugiarse en el apartamento de ésta.
Luego de que Sienna informa a Langdon lo que sabe, y sobre el cilindro que lleva en el saco, Robert decide llamar al consulado de USA, pero por precaución la indican que la dirección en la que se hallan es en la del edificio de enfrente. Es allí donde ambos ven aparecer a la misteriosa mujer que asesino al colega de Sienna nuevamente, aunque también ven llegar más hombres, lo que los lleva a pensar que el gobierno americano también está detrás de ellos.
Luego de abrir el cilindro y descubrir un versión del "Mapa del Infierno" de Boticelli que ha sido alterada, Langdon y Brooks deciden averiguar la conexión entre el cilindro, el cuadro modificado, y la obra de Dante Alighieri "La divina comedia".
Con la policía florentina, el gobierno americano, y una asesina pisándoles los talones, ambos recorrerán Florencia en busca de respuestas de lo que Langdon no recuerda, de las visiones repetidas que éste tiene, del misterioso cilindro con el símbolo de peligro biológico, y de porqué todo el mundo parece perseguirlos.
Para quien estuvo en la pequeña ciudad otrora cuna del Renacimiento, y también para los que no, Brown nos pasea por los lugares más populares y también los más recónditos de esta ciudad dividida por el Arno, con muchas referencias históricas, como ya es característico en sus obras.
Las referencias a la obra de Dante, sus derivados, su influencia, y su vida abundan, quizás hasta en demasía, y las referencias a elementos mencionados previamente en el libro (alusiones) como para que el lector tenga en claro determinados elementos, se hacen a veces un poco obvias.
Es muy bueno el recurso de Brown en utilizar el viaje de Dante por el "Infierno" de la "Divina Comedia", no sólo como la referencia y "leitmotiv" del villano de turno (en este caso Bertrand Zobrist), sino también como la propia travesía de Langdon desde que despierta en Florencia.
Dicho paralelismo no termina allí, ya que que Sienna será para Langdon, lo que Virgilio fue para Dante, y asimismo la "dama de cabellos plateados" será para él, lo que Beatrice para el poeta.
Las críticas a Brown también pueden ser varias, y en lo que me es personal, este libro me resultó mucho menos atrapante que "El Código DaVinci" o "Angeles y demonios", pero eso seguramente se debe a la falta de elementos esotéricos, ya que este libro es un punto medio entre "La Conspiración" y los anteriormente mencionados, o sea, un policial con historia, y al hecho de que uno aprende las fórmulas de los autores que lee, y la repetición de recursos se hace palpable.
Lo más interesante de esta novela pasa por la disyuntiva planteada por el personaje de Zobrist, que de tan real que es, da miedo.
Un libro decente, con algunos puntos altos.
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