Sin verse durante 10 años, los hermanos Maggie (Kristen Wiig) y Milo (Bill Hader)son repentinamente unidos por el intento de suicidio de uno de ellos, hecho que llevará a que Milo se mude a New York con su hermana.
Ninguno lleva una vida perfecta, y el hecho ahora de convivir hará aflorar miserias del presente y del pasado (especialmente en el caso de Milo, quien en determinado momento se encontrará con su ex-profesor de Inglés, quien fuera su primer amante, intentando recomponer una relación con él, que nunca fue).
La química existente entre los hermanos se hace evidente con el correr de la película, así también como la dificultades que tienen en aceptar sus realidades; si bien Milo acepta el hecho de ser gay, tiene problemas en dejar el pasado atrás, y por su parte, su hermana no puede aceptar el fracaso que es su matrimonio.
Hay escenas muy bien logradas, y si bien uno está acostumbrado a ver a estos dos actores en roles cómicos, no desentonan para nada en este drama / comedia de humor negro. Buena película, sin ser nada del otro mundo (será que se me hizo difícil identificarme con los personajes).
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