Sam Wilson (Anthony Mackie - "Twisted Metal") ya no es “el nuevo Capitán América”. Es el Capitán América... te guste o no. "Capitán América: Un Mundo Nuevo" era una buena oportunidad para explotar lo que se insinuara en "The Falcon & The Winter Soldier", y, para sorpresa de nadie, se falla estrepitosamente; más política, más espionaje, menos chistes, y una fórmula que, salvo raras excepciones, parece estar más que agotada. En este caso, como en otros, el no tener una única fuente de "inspiración", sino hacer un mix de varias ("All New Captain America" de Rick Remender; "Captain America: Sam Wilson" de Nick Spencer; los Thunderbolts, Red Hulk..en fin), parece ser parte de la causa del desatino en lo argumental.
Para este punto en la cronología "Avengers", Sam ya ha sido aceptado como Capitán América por muchos, si bien no por todos (incluso él mismo tiene momentos de dudas, comparándose constantemente con Steve Rogers, el Capitán original). Además de estar entrenando a su nuevo sustituto como Falcon, Joaquín Torres (Danny Ramirez - "Top Gun: Maverick") a Sam se le ofrece la oportunidad, por medio de su otrora enemigo, el flamante Presidente Ross, de formar unos Nuevos Vengadores, trabajando junto al propio Ross. Claro está que esto suena a que estos Nuevos Vengadores estarían bajo la égida de Ross, y esto es algo que ya vimos en "Civil War", por lo que Sam se lo tiene que pensar. Lamentablemente, no tiene mucho tiempo, ya que su amigo, Isaiah Bradley (personaje que conociéramos en la serie de "The Falcon...") trata de asesinar al propio Ross. Pero, es Bradley el verdadero culpable, o alguien detrás manejando los hilos?
La primera mitad de la película arranca con fuerza. Hay tensión, crítica social y un tono maduro que recuerda a los mejores momentos de la serie que tuviera como protagonistas a Mackie y a Sebastian Stan. Sam no es Rogers, y eso es lo mejor: su versión del Capitán América se construye desde lo comunitario, lo ético, lo vulnerable. Pero cuando la historia pisa el acelerador rumbo al tercer acto, la cosa se desinfla: persecuciones genéricas, enemigos con motivaciones vagas y un clímax que, una vez más, se resuelve a puro CGI y golpes que no se sienten. Y ese es otro de los problemas: no parece haber el mínimo esfuerzo en ser originales en las escenas de acción, y algunas de las mismas se resuelven, como mínimo, de manera "extraña" (sin mencionar que el CGI tiene altibajos, teniendo lo mejor en el rostro del Red Hulk de Harrison Ford, y lo peor en los fondos; con todo, no es de los peores).
Hablando de Ford, éste como el presidente Ross aporta presencia, y su trama siempre juega con eso de si el verdaderamente quiere cambiar o no. Y el villano, aunque prometía ser una amenaza ideológica, termina siendo solo eso: una promesa.
Marvel / Disney sigue apelando a la diversidad forzada: lo de Torres (creado en el 2015 por Nick Spencer), lo de Ruth Bat-Seraph (agente del Mossad, israelí ella, y que existe desde los años '40 en los comics) podría ser una mera coincidencia (pongámosle), pero que los dos personajes caucásicos sean justamente los villanos (oh..spoiler), no sé si lo es tanto.
No es tan mala como "Guardianes 2", "Wakanda Forever", ni "The Marvels", pero está "de mitad de tabla para abajo", cómodamente. Tiene cosas buenas? Si. Me quedo principalmente con las escenas de acción en el aire. Mensajes? También. Se puede ser un "buen Americano" y cuestionar al sistema; no alcanza con poseer un símbolo si no lo redefinís; la posibilidad de liderar desde la moral y lo ético y no meramente desde el poder, en fin... Pero...a veces no alcanza con el mensaje. A veces una peli de superhéroes y acción tiene que ser más de eso y menos de lo otro, de lo políticamente correcto.
PAÍS: USA / Canadá
AÑO: 2025
GÉNERO: drama / acción / aventuras / superhéroes
DURACIÓN: 118 minutos
GUIÓN: 3 /10
DIRECCIÓN: 4 / 10
ACTUACIONES: 6 /10
RATED: PG-12
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