Contada en la primera persona de Harley Quinn (Margot Robbie), "Birds of Prey" se vuelve una loca persecución de una chica llamada Cass por las calles de Gotham, no sólo por parte de la ya mencionada Quinn, sino también por parte del Departamento de Policía, y de Roman Sionis (Ewan McGregor), el villano más villano (?) y más narcisista que haya visto la ciudad custodiada por Batman.
¿Qué es lo que tiene Cass que todos quieren? Un diamante encriptado que daría acceso a la fortuna perdida de los Bertinelli - familia mafiosa italiana casi extinta-.
Este film dirigido por la ignota Cathy Yan y escrita por Christina Hodson ("Bumblebee" / "Unforgettable") calzaría bien como un episodio de "Legends of Tomorrow" o "Supergirl", y esto no lo digo en un buen sentido.
A excepción de lo hecho por Robbie, el film flaquea por todos lados, moviéndose entre lo bizarro y el drama, pasando por la comedia y la acción (rubro en el que también - salvo la escena del deposito - hace agua).
Muchos dirán que como la historia es contada por la misma Quinn, ha lugar el descontrol y la bizarreada. Entiendo. No obstante, tal vez el concepto no era tan bueno, o se necesitaba otro "timón" para llevar ese barco a buen puerto.
Pagaba 1.05 en cualquier casa de apuestas que se precie de tal que este film iba a ser el consabido "chick flick" (empoderamiento de la mujer y todas esas yerbas). Pagaba 1. 20 que Robbie iba a ser el centro de la trama ya que es el único personaje probado a nivel cinematográfico (de los que integran las "Birds of Prey" - léase Black Canary o Huntress). Ahora bien, que iba a ser un completo mamarracho no era tan evidente. Ninguna conexión con el comic, el casting es terrible (sin mencionar el collage forzado de razas), el guión no tiene ni pies ni cabeza, las actuaciones son malas hasta para una comedia, y...honestamente, resulta poco creíble como la dirección le fue delegada a Yan.
DC ha tenido más malas que buenas en tema de largometrajes; acá ha tocado fondo.