sábado, 8 de octubre de 2022
VINDICATIO: EL FUEGO DEL IMPERIO
lunes, 24 de enero de 2022
UN MUNDO SIN FIN
Después del éxito que significó "Los Pilares de la Tierra", y luego de que hubiesen pasado 16 años, el galés Ken Follett nos regaló "Un Mundo Sin Fin", secuela de aquel bestseller que tiene como factor común la localidad ficticia de Kingsbridge (y algunos descendientes de los personajes de la obra de 1989, aquí reseñada).
Los hechos acaecidos en "Un Mundo..." ocurren en el año 1327, 150 años después de la historia vivida por Aliena, Jack, y el Prior Philip, donde un caballero, Thomas de Langley, es perseguido por 2 guardias leales a la Reina, siendo este hecho atestiguado por los hermanos Merthin y Ralph, Gwenda, y Caris, 4 jóvenes que paseaban por el bosque. Al presenciar lo ocurrido, Gwenda intenta huir a los gritos, pero uno de los guardias se percata y la persigue, siendo asesinado por un flechazo del joven Ralph. Mientras Thomas se encarga del otro guardia, el resto de los jóvenes huye con excepción de Merthin, quien luego ayuda a Thomas a enterrar los cuerpos, conjuntamente con una carta en el mismo lugar donde fue atacado, una carta misteriosa de suma importancia, y que deberá permanecer oculta. El mismo Thomas, huyendo de un destino aciago, no encuentra otra opción que refugiarse en el monasterio de Kingsbridge, y dedicar su vida a la oración, convirtiéndose en un monje. Los 4 jóvenes juran no contar jamás de lo sucedido allí por temor a represalias.
Sir Gerald, padre de Ralph y Merthin, es declarado insolvente por parte del Conde de Shiring, casi que dueño y señor de las tierras circundantes. Su propiedad es ex-propiada, y tanto Sir Gerald como su esposa vivirán de la caridad del priorato, mientras que Ralph irá eventualmente como escudero del Conde, y Merthin deberá abocarse a la carpintería. Caris y Gwenda - de extractos sociales bien disímiles - terminarán siendo grandes amigas. Mientras la primera, de familia acaudalada, tiene la ilusión de convertirse en médico (cosa solo permitida a los hombres en aquel momento), la segunda tiene como principal objetivo el amor de Wulfric, por lo cual hará lo imposible, aun a sabiendas de que él está enamorado de alguien más. Por si fuera poco, Gwenda no quiere saber nada con su padre, Joby, ladrón de profesión, quien llega incluso a venderla como esclava. En una ciudad como Kingsbridge, tanto el monasterio como el convento tienen un vital importancia, siendo estos regenteados por el Prior Anthony y la Hermana Cecilia, con dos manejos muy distintos de ambas instituciones. Es en el monasterio mismo donde gran parte de la trama de "Un Mundo..." se llevará a cabo, ya sea porque Thomas está escondido allí, porque Godwyn - primo de Caris y sacristán del priorato - tiene toda la intención de convertirse en el nuevo prior de Kingsbridge a instancias de su madre, Petranilla - tía de Caris -, o porque es el mismo priorato que le da la trascendencia a la ciudad que tiene, al ser quien organiza las ferias en festividades religiosas y genera la afluencia de gentes de otras localidades, y por lo tanto, ganancias para la ciudad.
En "Un Mundo Sin Fin", Follett utiliza una serie de recursos ya vistos en "Pilares de la Tierra", ya sea en el desarrollo de los personajes, teniendo un joven distinto al resto por su intelecto y su forma de ver el mundo, como es el caso de Merthin, una mujer de fuerte carácter y extremadamente independiente (máxime para la época) como lo es Caris, la existencia de dos personajes nefastos, uno relacionado al clero y el otro a la nobleza, la relevancia del aspecto arquitectónico y la religión, así como la inclusión de elementos históricos verídicos (la muerte de Eduardo II, el ascenso del regente Roger Mortimer, la invasión de Eduardo III a Francia, o la expansión de la Peste Negra). Más allá de la repetición de fórmula, Follett logra de gran manera llevarnos por los derroteros de varios personajes de este libro, involucrando al lector de forma tal que ineludiblemente terminará tomando partido por algunos de los personajes más emblemáticos.
Es el tipo de novela histórica, con tintes de aventura, amor, acción, y drama, que me ha hecho fan del género, y que por lo tanto recomiendo leer. Es una historia, a fin de cuentas, de personas, algunas de las cuales evolucionan, otras que no, como en la vida misma. Creo sí, que sería bueno, dadas algunas referencias presentes (aunque no es crucial), primero leer "Pilares..." para que el lector pueda sentar bases sólidas y compenetrarse aún más en la lectura. Queda pendiente el qué será de Kingsbridge y sus habitantes en "Una Columna de Fuego", tercer tomo de esta apasionante trilogía.
martes, 5 de marzo de 2019
ALEXANDROS
El eje central en esta ocasión será quien probablemente, tal vez un poco por debajo de Genghis Khan, haya sido el mayor emperador conocido en la historia, alguien de quien seguramente oíste hablar, como Alejandro Magno.
La trilogía "Alexandros" , escrita en 1998, fue probablemente la que le dio el espaldarazo mundial al escritor italiano. Trilogía que en su momento fue vendida en tomos individuales (yo poseía los 2 primeros y me costó encontrar el tercero), pero que al día de hoy puede hallarse en tomo único.
Su primera parte, "El Hijo Del Sueño" nos narra la formación de Alejandro a la sombra de su padre, el rey Filipo de Macedonia, a quien el muchacho idolatra y pretende igualar en sus hazañas y logros, y bajo la influencia materna - una influencia total y no muy sana -. También - y por suerte - será educado por Aristóteles, y contará con la amistad de muchos, formando lo que a veces se denomina una "banda de hermanos"; amigos leales hasta la muerte, como Hefestión, Tolomeo, Clito El Negro, y Amintas, quienes se educarán con él y estarán dispustos a acompañarlo a los confines del mundo para que Alejandro pueda cumplir su sueño: ser el más grande conquistador que la Historia haya visto.
Ya en el segundo libro, "Las Arenas de Amón", vemos al gran Alejandro Magno en campaña, un Alejandro querible y cercano al lector, un Alejandro que uno desea gane todas sus batallas.
Alejandro está empecinado en liberar las ciudades griegas de Asia, y vengar a quienes han sufrido una dura derrota antes que él a manos persas. El hijo de Filipo y Olimpia ya está designado por los oráculos como alguien divino, y poco a poco, todos, inclusive él mismo, comienzan a pensar que es descendiente directo de los dioses.
Alejandro también se muestra como alguien sabio y que puede distinguir la realidad mejor que quienes le rodean, se ocupa de poner a prueba sus estudios con Aristóteles, y cuando no sabe, tiene el buen recaudo de delegar.
Luego de múltiples batallas - todas descritas con lujo de detalles - se encuentra con su enemigo más acérrimo hasta entonces: Memnón de Rodas, un griego que ha sido nombrado general por el rey persa y que parece poder anticipar todo movimiento hecho por el ejército macedonio, y es tan bueno en lo que hace, que el propio Alejandro siente admiración por su persona.
A esta altura, Alejandro parece haberlo conquistado todo. Presa de su vanidad, pero por sobre todo de su febril deseo por unificar Asia bajo su égida y llegar donde ningún macedonio o griego haya llegado jamás, él y sus huestes (un ejercito cada vez mas menguante, menos griego y más persa) siguen avanzando en busca de Darío, su gran objetivo.
El ejército del rey persa es más numeroso y conoce el terreno, sin embargo esto no es lo único que primará a la hora de la batalla.
Conquistando Persépolis y fundando un sinnúmero de ciudades Alejandro verá las fuerzas que lo acompañan cada vez más reacias a seguirlo al confín del mundo. La incorporación de soldados y costumbres persas no son bien vistas por los macedonios y los griegos que aun le acompañan. La muerte de seres queridos, mujeres amadas, terrenos inhóspitos, y el abandono de sus propias fuerzas serán tal vez demasiado para el más grande conquistador europeo.
Un libro con mucho romanticismo por la figura de Alejandro Magno, con toques novelescos que no condicen con la realidad, aunque sí con muchos elementos históricos ciertos, como la inclusión de muchos personajes que pueblan esta páginas. Manfredi nos ilustra bien el cambio de Alejandro, de ser un muchacho inocente e impulsivo a ser un hombre admirado por todos, llegando a la obsesión incoherente y la pérdida de quienes lo rodean por culpa de su ciega insistencia.
La trilogía llega a su punto más alto, siendo el segundo libro el mejor, con un tercero que parece se estira demasiado en darle una conclusión a la historia.