Hay documentales que te informan. Otros que te sorprenden. Y están los que te dejan con una sensación de impotencia e indignación difícil de describir. Se me viene a la mente "Jimmy Saville: Una Historia Británica de Terror" (click acá para la reseña) o "Sé Dócil: Oración y Obediencia" (click acá por la reseña). "Marcial Maciel: El Lobo de Dios" entra perfectamente en esa infame lista.
El trabajo expone con crudeza la figura de un sacerdote que, lejos de ser el líder espiritual que aparentaba, llevaba una triple vida hecha a base de abusos, manipulación y poder. Lo más duro no es solo enterarse de los crímenes que cometió, sino sentir la impotencia de ver cómo durante décadas contó con la complicidad, o al menos el silencio conveniente, de las más altas esferas del Vaticano. Nadie puede mirar para otro lado después de esto: las redes de protección que tuvo Maciel están tan bien documentadas que te revuelven por dentro.
La docuserie no ahorra golpes bajos —ni debería—. Las declaraciones de las víctimas, muchas ya en la tercera edad, son demoledoras. Escuchar a hombres mayores narrar abusos sufridos de niños, describiendo el peso que cargaron durante toda su vida, es algo que duele y que indigna en partes iguales. Y me deja pensando en cuánto se puede perdonar, cuánto se puede reparar, y qué pasa cuando el monstruo que arruinó tantas vidas tuvo siempre quien lo cubriera. La serie no se queda en la figura monstruosa de Maciel, sino en las cicatrices que dejó en generaciones enteras.
Resulta imposible no indignarse al ver cómo este hombre tenía “en el bolsillo” a empresarios, políticos y cardenales. Cómo manejaba dinero, influencias y favores, mientras por detrás acumulaba historias de dolor y vidas rotas. Su capacidad para sostener su fachada de santo mientras en paralelo alimentaba sus perversiones es casi irreal. Y justamente por eso el título le calza perfecto: un lobo con piel de cordero, al que le abrieron la puerta del rebaño.
La vida de Marcial Maciel es de esas que decís "acá la realidad supera cualquier fantasía posible". El fundador de los Legionarios de Cristo no sólo amasó una fortuna a costa de sus seguidores (miles en todo el mundo), si no que vivió la gran vida, volando en jets privados, comprando propiedades en un sinfín de países, y codeándose con figuras, eclesiásticas, y de las otras.
El sabor amargo al ser testigos (de segunda mano) de lo hecho por Maciel y la impunidad con la que se manejó durante años, sumado a la anuencia de mucha gente que podría haber hecho algo al respecto, queda en uno aun después de los créditos. Doloroso y real, aunque cueste creerlo.
FICHA TÉCNICA:PAÍS: México
AÑO: 2025
GÉNERO: documental / drama / religión
DURACIÓN: 60 minutos aprox x 4 episodios
GUIÓN: 8 /10
DIRECCIÓN: 8 / 10
RATED: PG-18

















